Un Gijón más limpio es posible

El pasado martes, nuestra nueva alcaldesa, Ana González , se preguntaba por qué Gijón estaba sucio y descuidado; el viernes, un miembro del comité de Emulsa, en tono beligerante, exigía una rectificación inmediata porque, afirmaba, se descalificaba a toda la plantilla de Emulsa.

Ni lo uno ni lo otro, ni Gijón está, en líneas generales, sucio y descuidado ni la gestión de Emulsa está optimizada para ofrecer un servicio de calidad, acorde al presupuesto que maneja. Además, la alcaldesa en aquella entrevista en ningún momento dio a entender que los trabajadores de Emulsa no realizásemos bien nuestro trabajo.

Estaría bien conocer qué es lo que ha percibido Ana González para decir que nuestra ciudad está sucia. Y también estaría bien explicarle nosotros mismos cuáles son las carencias que tenemos en el servicio del día a día.

¿Qué barrendero no ha tenido la frustrante sensación de acabar su labor y pasar por algunas calles que ha barrido apenas unas horas antes, y comprobar que se encuentran igual o peor que antes de limpiarlas? Quizá Ana Gonzalez percibió esa sensación de descuido y suciedad en Marqués de San Esteban cuyo pavimento está realmente sucio y da una sensación lamentable incluso después de la más exhaustiva de las limpiezas.

Plantilla escasa y distritos descompensados.

La plantilla de Emulsa lleva siendo durante muchos años la misma y, sin embargo, la carga de trabajo cada día aumenta más. La plantilla de barrenderos y oficiales de segunda en limpieza viaria esta ajustadísima, habiendo una distribución de distritos desproporcionada: muchos distritos de barrido, soplado y de baldeo son enormes y es vox populi que muchos de ellos se hacen a duras penas a costa del esfuerzo extra y continuado del trabajador. Como botón de muestra a Nuevo Roces solo va un barrendero media jornada para atender las necesidades de ese barrio tan grande y poblado.

También hay que resaltar que las contrataciones de la época estival, son cada vez menos y se producen más tarde, lo que también perjudica una gestión eficaz.

Herramientas escatimadas.

Por no hablar de que haya compañeros que se tengan que comprar su propia lanzadera para poder realizar la labor de baldeo de forma eficaz.

Recortes en el servicio de noche.

En el servicio de recogida nocturna ocurre algo parecido, escasez de conductores y recorte del servicio de recogida de muebles, que deriva en que puedan permanecer varios días en la vía pública por falta de personal.

Sobrecarga de faena en colegios.

En muchos colegios, debido a su volumen de trabajo los operarios que allí trabajan también tienen que dar el do de pecho para poder terminar la jornada y con poco tiempo para realizar todas las tareas encomendadas.

Carencias personales y materiales en el taller.

En el taller la falta de personal es notoria y además hay escasez de herramientas: muy pocos mecánicos y con recursos limitados. Falta de herramientas básicas para todo el plantel de mecánicos, como pueden ser un prensacables o unas prensillas pequeñas, por no hablar de la ausencia de equipos de autodiagnosis para los nuevos camiones o barredoras, lo que lleva a tener parados vehículos más tiempo del necesario.

Cartones sin recoger.

Es cierto y visible que hay un problema con la recogida del cartón de los contededores de reciclaje, recogida de la que debería encargarse Vareser y que no lo está haciendo. Por ello, este cartonaje en la vía pública contribuye a proyectar una imagen de gran descuido y suciedad. Los nuevos contenedores de cartón, con su pilar metálico central no facilitan nada depositar el cartón.

Contenedores en mal estado.

Otro problema cierto, es que muchísimos contenedores están rotos, lo que hace que las ratas tengan una fuente de alimento constante. Problema este de las ratas, atendido por solo una persona en la empresa, a todas luces insuficiente ya que la lucha contra estos roedores ha de ser sistemática, continua y preventiva.

Por todo lo explicado en este escrito, lo apropiado sería entrevistarse con la alcaldesa; conocer de primera mano qué deficiencias percibe ella y ver si coinciden con las carencias de personal que todos sabemos que hay.

Las organizaciones sindicales, más que actuar a la defensiva ante las primeras impresiones críticas de la alcaldesa deberían entrevistarse con ella para, a través del diálogo y el análisis, mejorar todas estas deficiencias aquí someramente narradas.