La Sanidad Pública universal y de calidad ha sido la base fundamental para el desarrollo del Estado del Bienestar y es uno de los pilares para asegurar la solidaridad y la equidad dentro de una sociedad. Se basa en el principio de justicia social: el esfuerzo de las personas con más poder económico y más sanas para permitir la atención sanitaria de los que tienen menos y están enfermos.
En los últimos años hay una campaña generalizada para desprestigiar y desmantelar los sistemas públicos de salud, de educación o de pensiones con el objeto de privatizarlos y hacer negocio de lo que son necesidades básicas.
Estos días, parte de los miembros del comité de empresa en Emulsa han recorrido los locales con la intención de buscar interesados en suscribirse a un seguro privado de salud en ciertas condiciones más ventajosas si logran ser un mínimo de setenta personas.
Que una persona decida para sí mismo o su familia hacer un seguro privado de salud forma parte de su libertad individual, cada uno gestiona sus recursos de la forma que considera mas adecuada a sus intereses.
Pero que unos representantes de los trabajadores, de una empresa pública de limpieza, se dediquen a hacer de agentes de seguros para que los mismos trabajadores de un servicio público contraten un servicio de salud privado, es cuando menos sorprendente.
No es labor de un sindicato hacer ese tipo de gestiones, no procede usar las horas sindicales patrimonio de todos los trabajadores, para captar suscriptores a un servicio de salud privado.
No sirven todos los descuentos y promociones que se puedan conseguir, los objetivos y actuaciones de una organización sindical han de guiarse por la ética y la coherencia, de otra forma se pierde la legitimidad para pedir por ejemplo, servicios públicos de limpieza de calidad, tanto para los ciudadanos como para los trabajadores.