Gonzalo Expósito, miembro del comité de empresa de Emulsa por CGT, ha protagonizado el pasado 24 de diciembre un hecho lamentable. Ha llamado por teléfono de forma amenazante, profiriendo insultos, acto impropio de un representante de los trabajadores, en vez de utilizar su puesto en el comité para, con argumentos, debatir sobre los temas que fueran. Su cólera hacia nuestro secretario de organización se debe a un conflicto consigo mismo sobre, por un lado, el deber ético de denunciar las supuestas irregularidades cometidas por Emulsa en la elaboración de las calificaciones de las pasadas promociones a oficial de primera y segunda de limpieza viaria y, por otro lado, todos los problemas que le supuso la filtración de las notas que parece no haber podido superar. En cualquier caso, las amenazas telefónicas ni nos asustan ni son el método más adecuado para resolver cualquier cuestión. El sindicalismo de altura se demuestra en las mesas de negociación logrando mejoras reales para todas y todos.