Reflexiones de un compañero, que prefiere guardar su identidad al público y firma bajo el pseudónimo de «príncipe de las tinieblas»
El servicio de tardes, en general, y el de colegios en particular, carecen de identidad, y me explico: son colectivos unidos en la inseguridad, flotando sobre ellos su pérfido futuro y con la sensación de no pertenecer a una comunidad ocupacional.
La relación de confianza con la empresa es mínima, en tanto ganan menos que sus compañeros por realizar las mismas labores.
Desde aquí, abogo por hacernos todos unas sencillas reflexiones; ¿Ésta es la cohesión a la cual queremos todos llegar?
Sin embargo, no hallo una explicación convincente a la alta temporalidad del servicio, por no hablar del irrisorio plus que se abona y muchas veces de forma no unitaria.
Un saludo a todos los compañeros y deciros que el egoísmo de muchos es la precariedad de unos pocos.
«Príncipe de las tinieblas»